«Llega la Navidad, pero por favor, no me quiten mi otoño». Así comenzaba el artículo de una periodista que buscaba criticar la venta de productos navideños en pleno octubre. Todo llevado por los beneficios que el capitalismo mercantil busca conseguir. La imagen que nos acompaña es del fotógrafo EIrik Solheim, compuesta por 3888 fotografías y que nos enseña todas las estaciones. Si miramos el final del verano (color verde) vemos que el otoño es, de todas, la estación que ocupa menos espacio (color marrón). Claramente todo depende del sitio y lugar donde se tome la fotografía. Pero queda marcado, que nos estamos moviendo a un ritmo en el que el futuro será vivido como un invierno-verano. Jugar con los colores, escuchar el sonido de las hojas al crujir, sentir el viento de cara, todo eso tiene una fecha de caducidad. En 2015 tendrá lugar en París el XXI Cumbre sobre el Cambio Climático de la ONU. Veremos entonces si los políticos son capaces de fijar un Tratado que mejore la situación de la naturaleza, de la que dependemos. El último de relevancia fue el Protocolo de Kyoto y data del año 97.
Los turrones o polvorones llegarán, pero como dice una compañera de profesión, no me quiten mi otoño, por favor.
Jorge Aguado 